Como si fueran los guijarros con los que Hansel señalaba sus pasos por la espesura del bosque, El rastro que dejamos reúne un conjunto de textos publicados por Agustín Fernández Paz en diferentes medios a lo largo del tiempo, así como otros que permanecían inéditos.
Estos rastros son una muestra de dos líneas de trabajo esenciales, la memoria de la infancia y el oficio de escribir. En la primera parte, bajo el epígrafe «Los paisajes de la memoria», se reúnen escritos donde predominan las vivencias de la niñez y de la juventud. Los textos de la segunda, titulada «El oficio de escribir», nos hablan de su pasión por la lectura y por la escritura, así como de su fe en la fuerza de las palabras para cambiar el mundo y cambiar la vida.
Como ocurre en los libros de ficción de Fernández Paz, estas páginas seducen por la claridad de las ideas y por la magia con que se expresan. Además, nos permiten intuir las huellas de las experiencias vitales en su obra y descubrir los fundamentos del oficio de narrador, el término en el que el autor mejor se reconoce.
Cada una de las dos partes se cierra con unas páginas narrativas; la primera, con los relatos «La mirada de Clara» y «Cuando nacen las estrellas»; la segunda, con un peculiar e irónico cuento por palabras, «Reflexiones sobre la precariedad laboral». Estos relatos muestran cómo el autor construye los textos de ficción con los mimbres de su vida, una vida que traslada luego a sus personajes.